1.- Fomentan la atención y la concentración.
2.- Favorecen el desarrollo de la psicomotricidad fina de manos y dedos.
3.- Promueven el bienestar interior del niño, al centrarse en una actividad placentera como es el hecho de pintar.
4.- Favorecen su creatividad e imaginación.
5.- Reducen el estrés y la ansiedad.
6.- Ayudan a desarrollar la paciencia, el tesón, la perseverancia y la constancia.
7.- Permiten que trabajemos conceptos geométricos: círculos, triángulos, cuadrados, estrellas, …
8.- Propician el aumento de la autoestima, al permitir que el niño cree algo propio y único.
9.- Estimulan su sentido estético.
Los mandalas no son sólo para niños, los adultos también nos podemos aprovecharnos de sus beneficiar pintando alguno más complejo.
En "Google imagenes" se pueden encontrar muchos, aquí os dejo un enlace con una página en la que se pueden imprimir:
